Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Segmentar cortes y complementar los mercados, el desafío del IPCVA

Dicen que, en un tiempo prudencial, esta práctica permitiría que en el país haya una sobreoferta de cortes populares, causando también una caída en los precios. El país consume el 90% de la carne bovina que produce.
Producción bovina en el Valle Medio. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Hernán Guercio

hguercio@lanueva.com

Enviado especial a Choele Choel

   Exportar los cortes que demanda el planeta y consumir lo que queda, a precios más bajos debido a la sobreoferta.

   La aplicación del denominado modelo uruguayo de producción, consumo y venta de carne, es la próxima meta propuesta desde el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, buscando conjugar la creciente demanda externa de determinados cortes bovinos para complementar así los mercados de exportación e interno.

   Hoy en día, las diferencias son abismales. De toda la producción argentina, tan solo el 10% se va al exterior; el resto queda en el país en un mercado cautivo. La idea es sumar cabezas para mejorar esos porcentajes, llevándolos a un —actualmente casi imposible de lograr— 70/30.

   “Con el modelo de cierre de las exportaciones, con lo que vale un kilo de lomo, se demostró que podíamos comprar solo 1,4 kilos de asado. Pero con el modelo uruguayo, que dice que se vende lo que pide el mercado y el resto se consume adentro del país, con lo que vale un kilo de lomo se podrían comprar 3 kilos de asado”, aseguró el titular del IPCVA, el pampeano Ulises Forte.

Ulises Forte, titular del IPCVA.

   En teoría, la idea es simple: al segmentar la res, Europa se llevaría los cortes premium, Israel la paleta y China el brazuelo; y en nuestro país quedarían el asado, la tapa, el matambre, el vacío y la carnaza para milanesa. Es decir, los cortes populares.

   “Entonces, cuanta más carne vendamos afuera, mejores precios vamos a tener acá. Hoy la exportación es mínima y, por el costo argentino, un kilo de nalga vale más en un supermercado que en el puerto de Alemania. Eso hay que modificarlo”, consideró.

   En esta cuestión también cumple un rol fundamental la cuota Hilton, que hace años que en la Argentina no se alcanza. En 2017, después de un 30% cumplidos en el primer trimestre del año, las proyecciones indican que este año se podría cumplir, una posibilidad descartada por Forte.

   “Creo que esta vez vamos a llegar al 80 o 90%. Eso sí: si en el primer trimestre hubiésemos estado en el 100% de la cuota Hilton, hoy estaríamos hablando de sobreoferta de determinados cortes, porque el exportador iba a tener la cámara de frío llena de estos cortes e iba a tener que salir a vender”, señaló.

   Al respecto, el titular del IPCVA señaló que este es un cambio de mentalidad y de modernización de la cadena, que es necesario dar.

   “Nuestro país está perdiendo mercados porque no somos competitivos: si a una empresa el costo laboral le queda altísimo y el que trabaja en ella no llega a fin de mes, es porque algo no funciona. Eso también tenemos que discutirlo”, indicó.

La ecuación no cierra

   Según Forte, la Argentina está en condiciones de venderle a Asia “todo lo que somos capaces de producir”.

   “Hoy, China está importando 10 millones de toneladas de carne al año y nosotros producimos 2,5 millones; es decir, su importación supera cuatro veces nuestra producción. Y de ella, el 90% termina siendo direccionada al mercado interno; tenemos muy lejos nuestro del techo productivo”, remarcó.

   La siguiente batalla sería el faenamiento de animales más gordos, más pesados, para —además de bajar los precios— recuperar vientres y continuar incrementando el stock. Por supuesto, en esto también tendrán una mano fuerte los productores, que son quienes deben mantener los bovinos en sus campos, dándoles de comer y vacunándolos, entre otras cosas. La ecuación, aseguran, todavía no cierra.