Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El nicaragüense Sergio Ramírez es el primer centroamericano en ganar el Premio Cervantes

El jurado lo eligió por mayoría y tras siete votaciones.
Foto: lamula.pe

El nicaragüense Sergio Ramírez fue reconocido hoy con el Premio Cervantes 2017 en la primera ocasión en los más de 40 años de historia que este galardón, el más importante en lengua castellana, viaja a Centroamérica para reconocer a un autor que convierte la realidad en una obra de arte.

Así lo consideró el jurado reunido hoy en Madrid, que decidió por mayoría y tras siete votaciones otorgar el premio a Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942), escritor, periodista, político y abogado, que fue vicepresidente de su país de 1984 a 1990, durante el gobierno sandinista.

El jurado concedió el premio a Ramírez "por aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor, así como por reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, todo ello con especial altura literaria y en pluralidad de géneros, como el cuento, la novela y el columnismo periodístico".

"Yo siempre trabajé con la realidad, con lo que me rodea, tratando de interpretarlo" a través de la expresión y el lenguaje, explicó el escritor en declaraciones a Efe en su residencia de la capital nicaragüense.

"Es —agregó— un reconocimiento que me llena de mucha responsabilidad y me obliga a escribir mejor", dijo Ramírez.

El fallo fue anunciado en rueda de prensa por el ministro español de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, junto a Eduardo Mendoza, Premio Cervantes 2016, y el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, que presidió el jurado.

Considerado el Nobel de literatura en castellano y dotado con 125.000 euros (147.500 dólares al cambio de hoy), esta edición del premio volvió a cumplir la ley no escrita que reparte el galardón de forma alternativa entre Latinoamérica y España.

Quién es Ramírez

A sus 75 años, Ramírez es uno de los narradores más significativos de América Latina con su mezcla ficción y realidad en su producción literaria, que cuenta con novela, ensayo y cuentos, con alto contenido político.

Su vida estuvo marcada por la dictadura de los Somoza, la revolución sandinista y sus más de cincuenta libros. No en vano se define como un narrador a tiempo completo y un apasionado de la literatura que combinó su vida entre las letras y la política.

Su paso por la política, dice, fue circunstancial: "Pasé por ella porque fue una necesidad tras la revolución sandinista".

Desde muy joven su vocación había sido la literatura (a los 14 años publicó su primer cuento y su primer artículo), pero se metió en la política para librar a Nicaragua de la dictadura de los Somoza (1937-1979).

En 1975 se integró en el Frente Sandinista de Liberación Nacional y tras el triunfo de la revolución formó parte del gobierno. Pero dejó la política en 1996 para dedicarse "a tiempo completo" a la que había sido su vocación de siempre: la literatura.

Recibió galardones como el Alfaguara de novela por Margarita, está linda la mar (1998), el Dashiell Hammett (1990) por Castigo divino o el Iberoamericano de Letras José Donoso (2011) y el Carlos Fuentes (2014).

Publicó más de 55 libros, que han sido traducidos a varios idiomas.

Entre sus obras figuran La marca del Zorro (1989), Oficios compartidos (1994), Charles Atlas también muere (1994), Un baile de máscaras (1995, Premio Laure-Bataillon 1998), Adiós muchachos (1999), Mentiras verdaderas (2000), Sara (2015) y las dos novelas negras protagonizadas por el inspector y exguerillero Dolores Morales. (EFE)