Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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“Ya somos fusión”, dice Carlos Vives

El artista continúa su combinación de sonidos que identifican a América Latina, de Ushuaia al Río Grande.
El nombre de su nuevo material no deja dudas: “Vives”.

Agencia Télam

El colombiano Carlos Vives editó anteayer su nuevo disco, en el que mezcla vallenatos, música urbana, reggae y cumbia, y se animó a considerar que el folklore latino es andino e incluye a la cumbia.

En un año donde se dedicó a lanzar singles exitosos, el músico de Santa Marta decide editar un nuevo disco, titulado Vives, en el que continúa dejando evidencias de su fusión de folklore latinoamericano que mezclas ritmos desde Tierra del Fuego hasta el Río Grande.

--¿En esos ritmos más urbanos y dance hall, las baterías son electrónicas?

--No, tú sabes que soy orgánico, trabajo con mi banda. A la gente le encanta esa vaina; estuve mostrando ahorita en Nueva York las canciones y me decían que se sentía natural. Además hay un proyecto de vida, tengo mi banda y todos grabamos y trabajamos. Hay algo muy personal en la manera que he hecho siempre la música y es muy difícil cambiarlo.

--¿Qué invitados tiene el disco?

--Hay una canción con Sebastián Yatra, que fue hecha en Gaira. En los momentos finales del disco llegó Sebastián con una idea y la grabamos, se llama Robarte un beso. Tengo un featuring con una rapera del Pacífico, una cantante que se llama Cynthia Montaño. Ella es de una comunidad que ha sufrido mucho, entonces se volvió una voz de esa comunidad en la denuncia. Su mamá es de una tribu amazónica y su papá es afrodescendiente del Pacífico, entonces tiene un cruce de culturas impresionante. La invité a cantar una canción que se llama Los niños olvidados, una denuncia sobre los niños que mueren en Colombia por desnutrición y abandono del Estado.

--¿Cómo definirías a este nuevo disco: ecléctico, de fusión?

--Es ecléctico, como nuestra cultura. A mí no me gusta hablar de fusión porque ya somos fusión: cuando cantas un vallenato posiblemente estás tocando polka austríaca-europea, posiblemente estás tocando un golpe del norte de África de Marruecos y posiblemente, entre eso, lo africano negro y lo europeo. Ya somos así, no estoy fusionando nada. Cuando yo puse una batería y una guitarra la gente pensaba que estaba tomando algo de un rock de alguien para ponérselo a un vallenato, pero no. Yo viví el proceso, el rocanrol nace de la industrialización de un folklore, había patrones primarios percutivos de tambores que se concretaron en la batería y otros que se llevaron a la guitarra y a los teclados.

--¿Cuánta experimentación hay en este trabajo?

--Este disco es como los primeros míos, donde experimentábamos mucho. Con sonidos urbanos hay varias canciones pero vas a ver que no pierde en ningún momento ni la cumbia, ni el vallenato. Coincidencia o no, cazan muy bien con los ritmos, ¿no? La percusión vallenata, la caja de Marruecos, va muy bien con el dance hall. Entonces, si esos son los sonidos que mandan yo visto mis vallenatos con sonoridades actuales y los echo para adelante. Este disco es más ecléctico que cualquier otra cosa, tienes razón.

--¿Por qué la raíz del folclore es más andina que africana?

--Porque nuestro Caribe era indígena, y cuando digo andino digo indígena. La cumbia está más cerca de Mercedes Sosa que de Cachao (risas).

--¿Sentís reconocimiento en Latinoamérica por haber sacado estas raíces hacia afuera?

--Cada uno tiene su estilo, pero sí hay una vocación de trabajar con lo nuestro y sentirnos orgullosos de eso. No es tan fácil explicarlo sino que es una cosa de verdad, yo escogí hacer los vallenatos porque quería ser colombiano.