Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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En White se gestó la idea para un inesperado regreso de Los Guarros

La nueva reunión del grupo de rock que irrumpió a fines de los 80' incluye a Chizzo Nápoli (La Renga).
En White se gestó la idea para un inesperado regreso de Los Guarros. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   Javier Calamaro no es un músico convencional.

   Su repertorio abarca desde tangos y aires flamencos hasta canciones con distorsión.

   Si le das play modo "random" a una selección de sus temas y cerrás los ojos como si fueras el protagonista, te podés encontrar en un track vestido con traje, corbata y sombrero.

   En el siguiente podés estar abrigado con cuero, trepado a una moto de alta cilindrada, encarando la ruta con destino incierto.

   Se maneja así, fuera de lo establecido. No es casualidad que su destino esté marcado por anécdotas increíbles. Mirá...

Oooh, vamos a la ruta...

   "¡Hola! ¿no le avisás a Javier Calamaro que está Gustavo?", le dijo un hombre de unos cuarenta y pico (con gorra y barba) al patova que custodiaba la valla que rodeaba el escenario.

   El mensaje llegó hasta el percusionista, quien le avisó a Javier: "Che vino Chizzo".

   El cantante de La Renga se había enterado que Calamaro tocaba en la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino y se vino desde Villa Ventana.

   Nada de invitado VIP. Nada de favores. Llegó como uno más y se chamuyó al patova. Pensar que cuando toca con La Renga mete arriba de 100 mil personas.

   "Lo busqué, lo hice pasar del otro lado y le pregunté qué canción conocía para que la tocase conmigo. Me contestó Vamos a la ruta y tocamos ese tema", contó en comunicación telefónica Javier Calamaro.

   Esa canción es uno de los grandes éxitos de Los Guarros, la banda que formó Javier en la década del '80 junto a Daniel "El Gitano" Herrera.

   "A raíz de esto, el baterista [Marcelon Mira] me preguntó cuánto hacía que no hablaba con el Gitano y me pasó su contacto porque justo se lo había encontrado algunas semanas antes. Después de 20 años volvimos a hablar y sentí tanto cariño en la conversación y tanta curiosidad, que todo se dio naturalmente", aclaró.

—El Gitano estaba viviendo en el exterior, sonaba imposible una reunión de Los Guarros.

—Es más, me dijo que no iba a volver a vivir a Argentina y yo le dije que no se haga problema, que nos juntábamos cuando venía. Y a la semana nos encontramos. Tenía que pasar porque el capítulo de Los Guarros no estaba bien cerrado.

—En ese momento, ¿se te cruzaron recuerdos de los primeros años de la banda?

—Sin duda. Como los primeros meses del reencuentro fueron exclusivos para el Gitano y para mí, lo primero que revivimos fue aquella frescura, las ganas de hacer música juntos, el sentido del humor...

   "Hasta me contaba los mismos chistes de 1990. Después nos juntamos con la banda entera y la onda volvió al instante, como si no hubiese pasado el tiempo"...