Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Canciones para abrigar el alma

Paola estudió teatro y fue modelo. Hoy canta folklore con gran sensibilidad, junto al guitarrista Quique Lorenzi.
Aquella vez en el Histórico. Esta noche se presentan en Las Heras 84.

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

Canta y te llega al corazón. Su fina y delicada figura no anuncia el diamante que tiene en sus cuerdas vocales. Sólo luce su joya sobre el escenario. Y es encantadora.

Paola Sansolini es la voz del proyecto en dúo que comparte con el gran guitarrista Quique Lorenzi y que esta noche se presenta, desde las 21.30, en el teatro de Las Heras 84.

¿El nombre del espectáculo? "Canciones para abrigar el alma". A veces el invierno dura más que una estación. Arrimarse al fueguito que propone el dúo es protector.

"Hacemos música folklórica latinoamericana pero intentamos que las letras cuenten historias del corazón, del alma... Intentamos que las letras no sean muy rebuscadas, que sean fáciles de comprender y que hablen de las relaciones cotidanas", cuenta Paola Sansolini.

Las canciones que el dúo suele interpretar como nadie son Sueña y Noticias de mi Corazón, del autor argentino Orlando Miño, que actualmente reside en Holanda.

Ambas son canciones hermosas que si bien no son popularmente conocidas, tienen un poder de encanto asombroso.

Esto se debe en parte a la actitud investigativa y a los arreglos de guitarra y voces de Quique Lorenzi, quien suele rescatar hermosas composiciones desde lo más profundo del anonimato. Aplausos para este dúo.

El pasado musical de Paola tiene que ver con su padre, Guillermo Sansolini, quien integraba el conjunto folklórico Cruz del Sur.

Entre los años 1986 y 1987 ganó el Pre Cosquín en nuestra ciudad y fue a competir a Cosquín. El dúo de Paola y Quique lograron lo mismo el año pasado.

"En casa siempre escuché folklore y canciones melódicas desde que soy chiquita. Desde Los Tucu Tucu y Los Fronterizos hasta canciones de Carlos Torres Vila", recordó Paola.

--Fuiste una sorpresa en el folklore bahiense, ya que no te conocíamos hasta hace algunos años que comenzaste a cantar junto a Quique Lorenzi.

--Claro porque me fui a vivir a Buenos Aires a los 20 años. Estudiaba teatro con Norman Briski y también fui modelo de Roberto Piazza durante unos cuantos años.

--¡La tenías guardada en el archivo esa información!

--(risas) sí, hice de todo. También participé de distintos programas de televisión como Memoria, de Chiche Gelblung o Sábado Bus, de Nicolás Reppeto. Íbamos a todos esos programas con Roberto para presentar moda.

--¿Cómo se fue dando tu regreso a estos pagos y tu dedicación a la música?

--Mi papá me insistía con que me dedique a la música y no tanto al tema del modelaje y a todo ese ambiente frívolo. Entonces aproveché un concurso de canto en el programa de Julián Weich, en 2002 (Sorpresa 2002), que terminó ganando Gaby Biondo.

--¡Increíble!

--Sí, increíble. Si bien no quedé elegida, aproveché para grabar un demo y mandarlo a Médanos. Lo comenzaron a pasar en las radios locales y bueno, me vine a Bahía.

--La pianista Susana Persia siempre dice que es increíble lo bien que cantas y utilizás el aire estando sentada.

--En realidad fue una invitación de Quique y la verdad que me siento cómoda. Yo venía de cantar solista, parada y quizás acompañada por un bombo legüero. Así lo había aprendido. Pero cuando él me lo propuso me gustó la idea de sentirme cómoda, de estar tranquila como en casa. Quitarle un poco la cosa de la presencia.

--Tu pasado como modelo actuó en el incosciente.

--Sí, creo que sí. Ya estaba un poco cansada de trabajar como modelo. Tenía que estar linda y fijándome a cada rato en detalles estéticos. Ahora puedo cantar cruzando tranquilamente las piernas sentada en la silla. No sabés lo bien que me siento.

--¿Cuántos años estuviste en Buenos Aires?

--Unos 11 años.

--Volviste buscando tranquilidad.

--Me cansé de sentirme sola. Era un ambiente muy distinto al de mi pueblo, no me daba la calidez del pueblo y de la familia. No me gustaba la ciudad tan grande. Mi círculo siempre fue muy chiquito y con mucho amor, entonces allá me costó mucho encontrar eso.