Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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“Lo bueno, lo malo, lo feo”... y lo lindo de ganar un Martín Fierro

El productor, publicista y conductor radial Néstor "Chino" Carrizo cuenta la trastienda de un programa que los alienta a superarse con su reciente premiación en la entrega federal.
“Lo bueno, lo malo, lo feo”... y lo lindo de ganar un Martín Fierro. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

Por María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com

La emoción vivida el fin de semana pasado va decantando. De a poco, claro, porque recibir un premio Martín Fierro no es cosa menor, menos aún para un programa radial “del interior”.

El bahiense Lo bueno, lo malo y lo feo, con seis años al aire, se llevó el galardón federal al mejor programa humorístico de radio, en terna con Al fin solos, de San Nicolás, y Radio Pailos, de Córdoba, y Néstor Carrizo, quien sale al aire con Roberto Giménez en la co-conducción, y Flor Fideli en la locución, los sábados, de 10 a 13, por la 100.3, cuenta los pormenores de un programa que, a su criterio, primó sobre todo en la elección por su labor de producción.

“Se trata de un producto que creamos desde mi estudio y su nombre se debe a que originalmente lo iniciamos como un programa de música, que tenía como slogan `la música escuchada con oídos críticos´ y que pretendía mostrar lo que nosotros entendíamos como bueno, malo y feo dentro del género”, cuenta el director titular de Proyección Comunicaciones de Marketing.

Como derivación, el programa contiene segmentos como "radioteatro", "venta de humo", las "reversiones de temas clásicos", “tips de viaje”, “si te lo hubiera cantado en castellano te hubiera gustado igual” o "música para acompañar un buen vino", que fueron escalando en su asociación con el humor conforme el público fue aceptando la invitación.

“Ese enfoque y el trabajo de producción que realizamos fue lo que tuvo en cuenta la gente de Aptra para nominarnos este año, y el anterior en el rubro programa de Entretenimiento, quizás más acertado respecto de lo que hacemos", opina.

"Tratamos de tocar distintos temas desde un lugar de distensión, que conformó un mix bien raro pero que a la gente le gusta porque la entretiene.

“Definitivamente, Lo bueno, lo malo y lo feo no es un programa para quien quiera estar informado. Sí lo es, para quien busque escuchar música que no es habitual en la mayoría de los medios y mechar con algunos temas abordados con buen sentido del humor”.

Con el debido respeto

No son un programa de actualidad, pero tampoco la evaden.

"Tenemos segmentos como `venta de humo´ que habla de los temas que se nos muestran como importantes para ocultar otros que verdaderamente nos importa, o personajes como `el licenciado Néstor Solares Norte que es un candidato a intendente que fue proscripto en la última elección; perteneciente al Movimiento ABC1, el partido de la gente como uno; un político que cuando recorre la periferia de la ciudad está visitando barrios parque, barrios privados y countries, y que nos permite mirar con sentido crítico cuestiones de nuestra ciudad con humor.

“Pero no nos concentramos en la actualidad desde lo periodístico. No es la idea. Tenemos mucho respeto por quienes lo hacen profesionalmente y si quisiéramos hacerlo, buscaríamos a un periodista que se encargara de hacer su trabajo como es debido”.

Son inquietos y creativos...

´"Eso sí, y los tres conductores venimos de lugares que tienen que ver con la creatividad. Yo soy publicista, hago narraciones, canto; Flor Fedeli es actriz y cantante, y Roberto es veterinario pero es un tipo que es muy creativo. Los tres tenemos una fuerte inquietud por el arte, pero a la vez lo hacemos desde una sencillez que le da frescura. Nos nominaron como programa de humor y no somos humoristas. Sí somos personas espontáneas y naturales".

-- ¿Cuánto tiempo les lleva preparar las tres horas semanales de programa?

-- En la semana tenemos muchísimo trabajo. El programa comienza, de hecho, tres días antes del envío al aire a través del sitio de Facebook, donde tenemos más de 7 mil fans, y trabajamos consignas que vinculamos con el contenido y desarrollo del programa y medimos gustos y preferencias de nuestros oyentes.

"No atendemos el teléfono ni sacamos oyentes al aire, así que nos nutrimos de sus comentarios en las redes sociales".

-- ¿Ese público cómo se compone?

-- Las redes sociales nos dan ese perfil y hemos hecho alguna medición a través de herramientas online. Esas mediciones nos permiten ir testeando los intereses y responder a lo que la audiencia pide y son sumamente útiles.

-- ¿Qué, de aquello que les gustaba en el comienzo, tuvieron que resignar porque no tuvo la respuesta esperada?

-- Mi formación musical es absolutamente jazzera y, si bien no pasamos música comercial, dentro de estos gustos busco lo más comercial de lo que a mí me gusta para que la gente lo descubra a través del programa. Me hubiera gustado difundir música de otro estilo, tener un segmento de Piazzolla y de cierto tipo de cantautores. Lo intentamos, pero no funcionaron.

“En realidad, cuando uno concibe un producto, empieza haciendo lo que quiere, y conforme se va avanzando, va negociando con lo que la gente está dispuesta a recibir y consumir. Es así, si no, qué sentido tendría hacer un programa público”.

-- ¿Y qué no se permiten al aire?

-- Hablar en código o de cuestiones personales que no le atañen al oyente y que lo terminan dejando afuera. ¡Qué buena oportunidad y qué lindo problema es que la gente disponga de su tiempo para prestarnos atención a quienes trabajamos en medios porque creen que les vamos a aportar algo valioso a sus vidas! Entonces tenemos que asumir la responsabilidad de dar algo que enriquezca.

“Tampoco nos permitimos el doble sentido. Cuando damos un mensaje, lo hacemos con humor pero en forma directa. Decimos lo que pensamos, sin vueltas, para que todos entiendan”.

-- Hay una suerte de obsesión generalizada de captar al segmento joven. ¿A ustedes les interesa?

-- No. Y no creo que pudiéramos llegar a ellos porque tienen otro lenguaje, otros códigos y otros intereses, muy diferentes de los de la gente que nos escucha.

“Y no es que no me interesen los jóvenes como público de un programa radial posible. Pero si quisiera hacer tal cosa, pondría el dinero para producirlo y dejaría que el trabajo lo hicieran personas de menor edad, que pudieran hablar con ellos en un mismo idioma.

“A nosotros nos interesa comunicarnos con gente con quien podamos entendernos y sentirnos cómodos y, en ese sentido, creo que estamos muy bien donde estamos”.