Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Veladas de ópera

Profesionalismo y diversión, ingredientes básicos de un regio espectáculo.

Las galas de ópera, es conocido, resultan excepcionales en Bahía Blanca, una ciudad con un semillero artístico contundente y demandante, frente a una oferta que depara uno o dos títulos anuales, venidos de mano oficial.

"Lo interesante de estas funciones es que se realizan en el marco del Plan Federal de Ópera y Danza, que integra, en el caso de Pagliacci, un importante aporte económico del Consulado de Italia, y del ámbito provincial y local a la Orquesta Sinfónica y el Coro Estable, al Teatro Municipal, al Coro de Niños, a una primera figura bahiense para uno de los roles principales y a artistas de circo para completar la escena", cuenta Carlos Palacios, director de escena, escenógrafo e iluminador, que agrega en su trayectoria varias visitas a nuestro medio.

"En las distintas provincias a donde llegamos con esta obra o con Hansel y Gretel, tratamos de rescatar a los artistas profesionales del lugar, que luego pueden ser convocados a funciones en otras provincias", asegura y apunta los beneficios de generar una red de contactos entre artistas y técnicos.

"De otro modo, todo llega enlatado, y lo único que queda, al paso de la obra, son los algodones sucios de maquillaje tirados en el piso de un camarín".

Bahiense, Federico Sardella hace sus primeras armas en la dirección de ópera y, como tal, debuta artísticamente en su tierra natal.

"Me fui de la ciudad siendo chico; me crié en Buenos Aires; viví varios años en el exterior y hace poco regresé a la Argentina para trabajar en el Teatro Argentino de La Plata y en el Programa Nacional de Coros y Orquestas Juveniles del Bicentenario", refiere quien en abril pasado dirigió la ópera El holandés errante, con puesta de Louis Desiree.

"Vueltas de la vida, este trabajo en Bahía Blanca viene a cerrar un ciclo, en un lugar del que me siento parte y donde, tranquilamente, podría haber iniciado mi carrera musical, y al frente de una orquesta y unos coros que ahora pasan a ser parte de mi historia profesional. La sensación es extraña y maravillosa", se admira.

"Venimos con un tenor como Chalabe, y su mujer en la vida real, Biasotti, quien compone a la esposa de la ficción, una circunstancia que nos depara situaciones de ensayo muy divertidas, cuando sus personajes se tratan con una repulsión pasional --desvela Palacios--, y nos encontramos con un coro de 25 niños con experiencia escénica o una gran voz como la de Dellapitima .

"El clima de trabajo tiene que ser ése, entre responsable y divertido, cuando se pretende dar al público un real espectáculo", subraya.