Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Un cuento de hadas con un claro mensaje sobre la belleza interior

Emma Watson (Hermione Granger en “Harry Potter”) le otorga a su personaje cambios sutiles pero de peso, que lograron transformar a la “suave” princesa de la historia de Disney en una heroína del siglo XXI.
Un cuento de hadas con un claro mensaje sobre la belleza interior. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

La nueva versión del clásico de Disney La Bella y la Bestia que se estrenó el pasado jueves en los cines de todo el país propone, esta vez con actores de carne y hueso, más una reedición que una revisión del filme original animado de 1991, al que reproduce en algunas escenas casi plano por plano y homenajea tanto con una estética de “cuento de hadas” como con los entretenidos números musicales de logrado aspecto teatral.

Con Emma Watson en el papel estelar, la cinta cuenta con un seleccionado de figuras de la industria como Dan Stevens (Bestia), Luke Evans, Josh Gad, Emma Thompson, Ewan McGregor, Ian McKellen, Kevin Kline y Stanley Tucci.

El filme original, basado en un cuento de hadas francés del siglo XVIII, fue un éxito con la crítica, con múltiples premios entre los que resaltaban dos Oscar y el honor de ser la primera cinta animada de la historia en estar ternada a mejor película, y especialmente con la taquilla, con más de 400 millones de dólares recaudados mundialmente.

Quizás esperanzados de repetir los ingresos de su predecesora, los directivos de la compañía de Mickey Mouse pusieron en marcha una película que aunque saca provecho, una generación más tarde, de los efectos especiales y de la capacidad tecnológica actuales, muestra pocas innovaciones respecto de la versión de dibujitos animados.

Algunas de las novedades de la película son cinco canciones nuevas, una escena inicial más extensa sobre el origen del encantamiento sufrido por el príncipe/Bestia, más información del pasado de los protagonistas, parejas interraciales y un personaje sugeridamente gay, cuya inclusión despertó polémica en distintos países.

Se trata de LeFou (Josh Gad), el ayudante del villano Gaston, que en rigor nunca manifiesta públicamente sus inclinaciones.

Las constantes preguntas por el tema y el pedido en países como El Salvador o Malasia por prohibir su estreno, llevaron al director Bill Condon a manifestar a medios estadounidenses que lo tenían “cansado” y que consideraba que “viendo la película en su totalidad, es apenas una cosa menor que fue exagerada”.

Otro ligero cambio respecto a la película de 1991 fue la decisión de reforzar (aún más) el personaje de Bella como una mujer decidida, inteligente e independiente, para lo que la elección de Emma Watson para encarnarla, de notoria militancia feminista, resultó ideal.

“Ella es la primera princesa de Disney moderna, que no quiere ser princesa. Es alguien más interesada en descubrir quién es que encontrar un hombre y casarse con él. Y ese fue un factor importante en la elección de Emma Watson”, relató Condon durante la promoción de la cinta, quien añadió que junto con la actriz trabajaron “juntos” para asegurarse de transformar al personaje en “una heroína del siglo XXI”.

Si bien la Bella original ya era vista en su aldea como un “bicho raro” por su afición por la lectura y por su independencia, Watson propuso algunos sutiles cambios en su imagen para “darle ese elemento de ser sumamente emprendedora e ingeniosa”, como ponerle botas en lugar de sandalias, quitarle el corset y soltarle el pelo; todo con el objetivo de rebajar esa “suavidad” característica de las princesas de Disney.

Otros cambios menores en la trama, como la decisión de Bella de escapar del castillo encantado en lugar de someterse a la voluntad de la Bestia o que tenga dotes de inventora (en la de animación el inventor era su padre) completaron la “modernización” de la heroína.

Más allá de las comparaciones, el clásico mensaje acerca del valor de la belleza interior que vehiculiza la historia se sostiene sobre los hombros de Watson, que demuestra sus dotes para la comedia musical e ilumina la pantalla con su personalidad determinada e inocente aspecto juvenil, que aún cuesta disociar de la de Hermione Granger, la inteligente y valiente amiga de Harry Potter con la que saltó a la fama.