Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

“Monster Trucks”, acción y fantasía para disfrutar con espíritu de niño

Esta aventura, que llegará al corazón de todos, se nutre de grandes clásicos de los años 80 como fueron “Los Goonies” o “E.T. el extraterrestre”, sumando los últimos recursos visuales y un humor apto para todo público.
“Monster Trucks”, acción y fantasía para disfrutar con espíritu de niño. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

Para los no iniciados en el mundo del motor, los Monster Trucks son camionetas de desguace tuneadas por mecánicos estilo "McGyver", dotados de enormes ruedas de tractor, que el showbusiness americano aprovecha para shows de entretenimiento.

En la película, tratando de evadirse de la vida y el pueblo en los que se encuentra atrapado desde que nació, Tripp, un estudiante de último curso del colegio, construye un Monster Truck a partir de piezas y restos de coches de desguace.

Después de un accidente en un yacimiento cercano en el que se estaban realizando perforaciones en busca de petróleo, aparece una extraña criatura subterránea con pasión y habilidad para la velocidad. Así Tripp descubre que puede haber encontrado la clave para escapar del pueblo... y al más inesperado de los amigos.

En detalle

Monster Trucks es una película con espíritu puramente "ochentoso" en los que la inocencia y los personajes de cuento de hadas, sirven de colchón para sentarse a disfrutar de la película con el espíritu de un niño.

Y es que lo que realmente sirve de motor a la trama de Monster Trucks es un gracioso bicharraco con cara de ballena alegre, mucha pachorra, tentáculos radiactivos, y que se alimenta de petróleo, al que le vas tomando cariño conforme avanza la película, más si cabe, cuando aparecen sus entrañables y aún más pachorros padres.

Como pasaba en las míticas Gremlins y E.T., ese aire retro de los ochenta se ejemplifica en la relación que se forma entre ese pulpo gigante y el joven Lucas Till (el Havok de las nuevas X-Men) conformando una atípica pareja de aventureros que no paran de correr huyendo de los malos que quiere acabar con el engendro marino.

El nombre del protagonista (Tripp) y el apodo que le pone al mamífero mutante (Creech), por no hablar del bonachón Sheriff Rick, son señales inequívocas de que Monster Trucks es una película ideal para llevar a tus sobrinitos o hijos al cine.

Al igual que las piernas de Pedro Picapiedra servían para moverse con su Troncomóvil por Piedradura, los tentáculos energéticos de esta bondadosa criatura tienen la habilidad de ser el eje motor de la Monster Truck construida por su compañero protector, creándose una graciosa simbiosis entre máquina y piloto, como el que tuvo Lindsay Lohan en la película del auto Herbie.

Para acabar de redondear ese cándido paisaje Disney, no podía faltar una relación entre una niña enamorada (Jane Levy) del chico más raro de la clase, que se pega a él conformando un genial trío aventurero con el monstruo.

Lo que realmente vale la pena de Monster Trucks es disfrutar de esas fantasmadas en las escenas de acción, viendo trepar como si fuera Batman al vehículo monstruorizado, o ir saltando tejado a tejado, poniendo la guinda una trepidante persecución final con explosiones incluidas. Salpicado todo por la entrañable presencia de la ballena octópoda a la que vemos borracha por un exceso de gasolina asomando el ojo por la camioneta, o tirándole agua a Tripp como si fuera el delfín Flipper, provocando que poco a poco se vaya ganando el corazón del espectador. Pese a que se ha asociado Monster Trucks a películas como Transformers, nada tiene que ver con el film de Michael Bay salvo el espíritu de aventura y acción.

Por supuesto que hay un paralelismo con Herbie y también con la animada El gigante de hierro, y cómo no, también vemos rasgos de E.T., el extraterrestre, teniendo Lucas Till que asumir la responsabilidad ecológica que tuvo Elliot en su momento, de proteger a Creech de los malvados que lo quieren eliminar.

Pero bueno, la caracterización de esa ballena con cara de buena, dan un toque diferenciador a una película cuyo target son aquellas mentes que aún conservan el espíritu juguetón de los ochenta, y cumple con creces con su objetivo de entretenimiento. (Robert Thornhill, Diario de Venusville)