Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Hay chistes políticos de los 80 que tienen vigencia

El cómico, que estrenará su espectáculo en enero en Buenos Aires, dijo que al revisar su obra encuentra bromas que no perdieron sentido.
Hay chistes políticos de los 80 que tienen vigencia. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

Enrique Pinti volverá al escenario del porteño teatro Liceo, a partir del viernes 6 de enero con Otra vez sopa, unipersonal de su autoría que sigue la línea de Salsa criolla y Pinti recargado, dos de sus espectáculos más festejados, y a los 77 años revivirá y demostrará con su lengua filosa cómo los problemas del país se repiten una y otra vez.

Como un álbum de recuerdos y un historiador riguroso capaz de encontrarle la pimienta hasta a los más dolorosos hechos de la historia argentina, Pinti se dedica al monólogo político desde 1983, revisando los hechos que marcaron a la Argentina y cómo repercuten en la sociedad y sobre todo en la clase media.

“Este es un unipersonal con segmentos sacados de Salsa criolla, que hice en los últimos años y que ensayé de nuevo con el Pinti recargado, que hice por el interior el anteaño. Al ver la reacción del público revisé las cosas que yo había dicho o satirizado en los años 86, 87, 92, 99 y que seguían teniendo una vigencia terrible, terrorífica”.

--¿Decís que por más que las cosas parezcan cambiar todo vuelve a un determinado sitio?

--El fenómeno es que, más que los textos, noté que las canciones que incluí en mis espectáculos tenían una actualidad que me permitían enhebrar cinco o seis que tratan sobre temas que yo pensé que ya estaban casi superados. Pero volví a escuchar El tango del Riachuelo y Canción de mi país (de El infierno del Pinti, 1985), En estos tiempos (1989) y El cuadro del hospital (1995), y noté que tenían una vigencia tremenda que me daban el pie para reactivar los temas de Otra vez sopa.

--¿Te considerás un observador de la realidad argentina y mundial?

--Cada uno conoce el país donde vive y yo tengo mi visión posible del mundo. Estoy muy conectado no solo con mi realidad sino con la del mundo entero, porque uno está incrustado, bien o mal, en el mundo. Pero también la sensación de que hay cosas que pertenecen a cada país y que hay males o metidas de pata comunes pero que afectan distinto en una sociedad y en otra. Aquí tenemos la costumbre de decir que “la desgracia fue...”, donde cada uno pone su fobia política. De acuerdo con tu crianza o tu familia, acá la desgracia fue el peronismo, acá la desgracia fue Kirchner, acá la desgracia fue el neoliberalismo, acá la desgracia fue Menem, acá la desgracia fueron los militares... Evidentemente todos esos factores han pesado en nuestras desgracias pero ninguno ha estado eternamente en el poder. (Télam)