Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Entre dos corrientes, las eróticas de Marión Valdez

A sus 75 años, esta jovial mujer sigue viviendo con la misma intensidad su amor por el teatro y por la natación. Tras su notorio paso por los Panamericanos de Medellín, se enfoca en el reestreno, esta noche, de "La tumba de Antígona".
Entre dos corrientes, las eróticas de Marión Valdez. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

Por María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com

Ados aguas, entre las corrientes del teatro y de la natación, transcurre la vida de Marión Valdez.

Triunfadora en los recientes Juegos Panamericanos de Medellín (ver En el agua), esta directora teatral --que también es actriz-- se apresta ahora a disfrutar del reestreno de la obra La tumba de Antígona, de María Zambrano, ocasión que se dará esta noche, desde las 20, en el Teatro Varietté (Villarino 214) (ver En escena).

"Teatro y natación son dos aguas. ¡Exactamente! Dos aguas en las que me sumerjo y me muevo con una preciosa sensación de bienestar", asegura Marión.

"No se me había ocurrido nunca esto de hablar del teatro y la natación como las corrientes de un mismo río. De hecho, siempre me han preguntado sobre estas actividades como opuestas, incluso en conflicto.

"Yo los vivo como partes del todo que soy y deberíamos aprender a no desmembrar a las personas en partes. Soy la misma persona que nada, actúa o dirige una obra y todo me alimenta, como a todas las personas, si no, ¿qué seríamos?", pregunta.

"Sí, debo reconocerle al agua, más que al teatro, el haberme predispuesto mejor para la vida --distingue--. El agua me enseñó a esperar, a confiar en una rutina, a sentirme bien con el entorno, incluso a soportar cierto dolor o incomodidad para superar el que creía que era mi límite... Y a abordar el trabajo con sosiego".

-- Te tirás a la pileta a la par de mujeres que podrían ser tus nietas. Te ponés al frente de un elenco de actores con edad para ser tus hijos. ¿Qué encuentran en vos esas personas?

-- Habría que preguntarles a ellos (risas). Pienso que, como directora, encuentran en mí a una persona paciente, aunque puedo resultar muy irascible llegadas algunas circunstancias (más risas).

"Pero en teatro es tan duro el enfrentamiento de las verdades propias con las del personaje, que el director debe esperar a que el actor se recomponga en lugar de acentuarle el dolor que significa descubrir y hasta redescubrir un conflicto".

-- ¿Qué tan compleja es "La tumba de Antígona"?

-- Mucho. Pero a la vez, tiene que ver con la esencia humana. Los actores hablan de componer o construir un personaje, y yo creo que se trata de descubrir en nuestro interior y revelar. Todos tenemos los elementos para ser una persona diferente de la que somos.

"Tiene esta obra que María Zambrano escribe muy bien, y hay que ser preciso en la recreación del texto y de cada palabra para no traicionarla. Sé que es una deformación de mi formación en Letras. Pero sé también que si no tuviera ese amor por las letras, difícilmente me comprometería con esta obra".

-- ¿Sos partidaria de la versión libre?

-- Soy muy respetuosa del autor. No les pediría a Beethoven, Chopin, Brahms, que cambiaran su partitura a mi antojo. Yo no lo haría.

-- Sos exigente.

-- No creo. Sé que cuento con buenos actores y confío en ellos. No me parece que un buen director haga a un buen actor. El actor debe tener con qué ser bueno.

- - Creés que ser actriz modifica tu postura respecto de directores que no tienen esa experiencia?

-- Me ayuda, sí. Sé que puedo orientar y alentar al actor. Pero no creo que yo pueda ser artífice de su transparencia emotiva o calidad estética. El ser actriz, como cualquier otro tipo de exposición me hace consciente de la mirada del otro y del desafío de alcanzar a ese otro con mi mirada, la palabra, el tono exactos.

-- ¿Es un límite?

--No. La expectativa está, pero no significa que uno se proponga satisfacerla. Uno hace, y con lo que hace, quizás termine superando lo que el otro espera o descubriendo para el espectador algo que él siquiera sabía que necesitaba o podía disfrutar.

-- ¿Dónde te enfocás?

-- En no perder mi tiempo en pavadas ni lamentarme al divino botón. A mis años, más vale que viva con alegría, esperanza y afectuosidad. No me interesa la ira.

"Uno debe vivir las eróticas que le tocan. A mí me han tocado el agua y la escena. Y mientras esté bien, voy a seguir disfrutando de ellas. Mientras pueda, voy a seguir moviéndome a dos aguas".