Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Necesaria tesis literaria sobre el hecho artístico

El veterano bandoneonista Dino Saluzzi sigue siendo una muestra cabal de la vigencia de lo ciudadano. Agencia Télam
Dino Saluzzi, a los 80 años, con toda la fuerza del tango.

El bandoneonista Dino Saluzzi, a los 80 años y tras completar una intensa gira por Europa --territorio donde maceró buena parte de su recorrido musical, lejos de su Campo Santo natal-- reapareció en la escena argentina para inaugurar un ciclo de conciertos en Café Vinilo de Palermo, donde interpeló --con la música y la palabra-- formas de aproximación posible al hecho artístico.

“La música no está en la partitura, en la estructura, en el solfeo; todo eso ayuda a encontrar la música pero no es la música. La música necesita libertad”, sentenció el bandoneonista a modo de prólogo de una respuesta que entregó, ya sin palabras, con su bandoneón y su quinteto.

Tras su experiencia en salas de concierto de Alemania, Suiza, Francia, Italia, Bélgica y Turquía, en algunos casos en colaboración con la chelista alemana Anja Lechner, Saluzzi retomó su agenda porteña con un repertorio que, de algún modo, lleva una cita implícita a ese recorrido, y que combinó obras de su último álbum, El valle de la infancia, inédito en el país, con composiciones redescubiertas en el periplo europeo.

A veces en diálogo con el público, a veces por pulso propio, el bandoneonista persistió en poner en entredicho el sentido común de la industria musical. Las ideas de lo culto, lo popular y las formas directas o elípticas de abordar la tradición de la música argentina se pusieron en escena una y otra vez.

“Para qué uno sale de su casa: para hacer una función o para ser libre”, preguntó alguna vez. Así explica las formas que asume su repertorio, lejos de las repeticiones de las casas de música del tango y el folklore.