Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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“Spy”, una comedia que solo le queda a McCarthy

La cinta de Paul Feig se apoya en exceso en el carisma de la comediante y se olvida de avanzar en el guión. María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com

“Pudo haber sido mejor. De hecho, desperdicia el potencial del excelente elenco con que cuenta".

La reflexión es repetitiva y responde al pasado, presente y futuro de demasiadas películas desde que un nombre probado se cuelga en su cartel.

Para el caso, es el de Melissa McCarthy, una comediante que hizo un imprescindible de su personaje secundario en la comedia Gilmore Girls, que duró siete temporadas en la televisión norteamericana y trascendió al mundo.

Para colmo, cuenta con los secundarios de Jason Statham (un seguro de acción), Jude Law (un genio en las comedias) y Rose Byrne.

La carismática McCarthy asume el rol de Susan Cooper , una analista de la CIA que jamás vivió la emoción que su trabajo le prometía cuando ingresó a la agencia de espías más difundida del planeta junto con la KGB.

Es la gran mujer detrás de héroes enormes, pero sólo cuando su socio (Law) desaparece y otro agente (Statham) está comprometido en otra misión, ella encuentra la oportunidad de demostrar su valía para los encargos importantes... como evitar el extrago mundial.

Las artimañas que debe implementar para pasar inadvertida en el entorno de un traficante de armas, más las corridas y enfrentamientos dan al relato amplias posibilidades de lucimiento de este nivel de protagonistas.

Pero el logro no responde a la originalidad y fluidez de la narración, sino al capital que los actores ponenen en juego para volver interesantes sus personajes y sacarlos adelante.