Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“El francotirador”, con la mira en las consecuencias de la guerra

La película que dirige Clint Eastwood y protagoniza y produce Bradley Cooper llegó a los cines locales con críticas favorables, opiniones contrarias y seis candidaturas al Oscar. María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com
Bradley Cooper, comprometido con su interpretación de Chris Kyle, el tirador más letal en Irak.

La película El francotirador dirigida por Cleant Eastwood, viene levantando polvareda.

Desde Michael Moore hasta Seth Rogen; desde Dean Cain y Kid Rock, cada quien tuvo algo que decir de la cinta que ya se exhibe en la cartelera bahiense, con una historia inspirada en la experiencia real del francotirador más letal en la historia de Estados Unidos, el texano Chris Kyle, voluntario en la Guerra de Irak.

Este título llega aquí habiendo conseguido seis nominaciones a los premios Oscar de la Academia de Hollywood, incluidas las de mejor película y de mejor actor, por la actuación de Bradley Cooper, que también es productor del proyecto. A la vez, El francotirador se colocó en el puesto número uno en la taquilla estadounidense, y con más de 130 millones de dólares recaudados en todo el mundo.

Clint Eastwood defendió el mensaje del filme, que calificó de inequívoco: "tanto El francotirador como Cartas desde Iwo Jima -laureada cinta anterior- son la declaración más fuerte contra la guerra, al exhibir las consecuencias que tiene para un soldado y su familia el transtorno postraumático que conlleva".

Según señaló Eastwood, estas películas muestran lo que la guerra "hace a las personas que dejaron atrás".

Y es cierto que el relato enfoca en ese punto, más allá de exhaltar la -se estima inheludible- condición de "leyenda" heroica que Kyle ha de tener para los estadounidenses.

La narración comienza contando el origen de la persona-personaje en la que Kyle se convertirá a la postre: una infancia rural en la conservadora Texas, familiarizada con las armas y con el mandato de ser "un perro ovejero" que cuide a las ovejas del acecho de los lobos.

Acostumbrado, además, a la "labor" de proteger y ser ejemplo para su hermano menor, no es de extrañar que este hombre se ofreciera a sus 30 de edad para defender a "América" -su país- y el mundo occidental y cristiano bajo la consigna de "patria, Dios y familia" del terrorismo después del 11S.

Eastwood puntualizó con la magnífica contribución de Bradley Cooper en la transformación de ese hombre que se fue a la guerra para preservar a la misma familia que sacrificó sin siquiera percatarse de ello.

Si la intención de este filme es la discusión, la reflexión, el debate serio sobre la justificación de los medios para llegar a ciertos fines, lo logra con la descripción que hace, y en especial, con el cómo la hace, rozando, si se quiere, la apología.

Posiciones políticas aparte, es impecable como producto cinematográfico y no hay duda de que Eastwood, siendo como ha demostrado, uno de los directores más perfeccionistas del mercado norteamericano, ofrece productos para sacarse el sombrero.