Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Charo Bogarín y Diego Pérez, una nueva tendencia

Fusionan los cantos nativos de las etnias toba (qom) y mbya guaraní con la música electrónica. Hoy se presentan en Don Bosco.
Diego Pérez y Charo Bogarín estarán esta noche por primera vez en nuestra ciudad. Será en el Centro Cultural Don Bosco, a partir de las 21.

Tonolec fusiona desde hace más de una década los cantos nativos de las etnias toba (qom) y mbya guaraní con la música electrónica.

"Cuando nos acercamos por primera vez al coro qom nos dimos cuenta que tienen grandes riquezas culturales, de conocimiento, de formas de vida, pero nos retumbaba lo del afuera que dice que ellos son pobres, necesitan y eso implica llegar diciendo `te doy porque sé lo que vos necesitás`. Y la clave es el diálogo”, indicó el músico Diego Pérez.

El compositor y multi-instrumentista añadió que “a partir de ese diálogo, pudimos integrarnos y enriquecernos culturalmente. Nosotros íbamos a escuchar su música pero ellos también querían escucharnos”.

La intérprete Charo Bogarín ejemplificó al respecto que “no fuimos como turistas a sacarles fotos porque con Tonolec tenemos el arte y la música, un lenguaje poderoso que abre las cabezas y los corazones y que es más valioso, profundo y duradero que ir con dádivas pasajeras”.

Con ese bagaje hondo y estético, Tonolec llegó a Cantos de la tierra sin mal, un trabajo con interpretaciones en lengua qom, mbya guaraní y castellano que combina cantos ancestrales con composiciones propias y las participaciones de Teresa Parodi y Peteco Carabajal.

Para desplegar esa propuesta, la dupla estará hoy, desde las 21, en el Centro Cultural Don Bosco (Rondeau 117), donde las entradas se podrán adquirir a partir de las 17.

“Haremos una fuerte jugada musical y artística para una puesta interdisciplinaria que no subestime a la gente, con escenografía en base a pinturas y animaciones (basadas en obras de Wen Tomada) a partir de dos cañones digitales de 15.000 lumen”, resaltó Charo.

La intérprete añadió que “cuando vos planteás un arte y no te quedás solo en lo musical, buscás un sonido, una voz, un qué decir; pero también cómo poner eso en el escenario para que el público sea parte de esa maravilla mágica de seres ancestrales”.

Al respecto, Diego aportó que esa “tierra sin mal” a la que alude la placa “es un concepto guaraní que nosotros sentimos muy amplio. Una especie de paraíso donde todo convive en armonía. Por eso la vertiente qom, guaraní y criolla conforman la esencia argentina y latinoamericana en un cosmos donde todos convivimos en armonía integrándonos, potenciándonos, cada uno con su propia identidad sin tener que disfrazar nada”.

Desde esa concepción, la cantante aportó que “en una sociedad tan materialista, apresurada y globalizada, darse tiempo para madurar, para crecer, no es algo habitual y uno termina haciendo una música pasajera, pasatista en donde no hay más contenido que lo que uno siente y que, por eso, no puede universalizarse.

“En cambio cuando tenés una mirada reposada, eso cambia y remite a la mirada de los pueblos originarios que dice `no soy uno, somos todos´ y que no tiene que ver con el canto único sino con el canto colectivo”, subrayó Charo Bogarín.