Un ojo avezado para captar las extremas realidades sociales

Redacción de La Nueva.

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En la Alianza Francesa se proyectaron el cortometraje Nuestra lucha y el documental Sangre de mi sangre (volverá a exhibirse el próximo viernes), rodados enteramente en General Daniel Cerri por el joven cineasta francés Jerémie Reichenbach, con la participación de los socios del frigorífico recuperado INCOB (ex Paloni) y sus familias como protagonistas.

“Si bien la película fue muy bien recibida en Francia, donde resultó uno de los filmes destacados en el Festival Cinema du Reel de París, para mí lo más importante era ver la reacción de quienes desinteresada y espontáneamente participaron en su rodaje, permitiéndome compartir su lucha, sus trabajos, su vida cotidiana, con sus alegrías y sus conflictos”, expresó el cineasta.

“Observé sus rostros y en todos vi sorpresa, alegría y mucha emoción. He enviado la película a numerosos festivales y espero que tenga éxito, pero yo ya estoy feliz y suficientemente recompensado con esto”, aseguró.

El filme se rodó a lo largo de cuatro años y medio y demandó cinco viajes de Jerémie a nuestro país, cuatro para realizarlo y éste, para su presentación. Fueron más de 120 horas de filmación que luego, con la invalorable colaboración de David Jungman como editor, se transformaron en 80 minutos intensos, con duras y tiernas escenas de la realidad.