Saltando por un sueño

Redacción de La Nueva.

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Por María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com

“Lo estaba esperando”, se emociona Valentina. La voz se le comprime. Su mirada toma brillo y confiesa: “Me llegó la oportunidad en el momento justo".

"Cuando leí sobre la audición para bailarines y cantantes que realizaría Juan Rodó, en marzo, me largué a llorar, agradecí a Dios, y me dibujé un `sí´ enorme por dentro describe-. Sabía que si se daba, implicaría un sacrificio grande por varios meses; pero sentí que era mi momento y fui a probarme con una tranquilidad absoluta”, describe.

Y se le dio: Valentina Macri, bahiense, 22 años, ya forma parte del elenco del musical americano Phantom que el cantante-fetiche de Pepe Cibrián y Angel Malher trae a la Argentina, esta vez, con producción propia.

En el reparto, de 23 artistas, sólo Valentina proviene del interior del país. De esta versión del libro El Fantasma de la Opera, resultó elegida como parte del ensamble vocal y actoral, y para conformar el cuarteto de bailarinas clásicas que danzarán en torno a Erik, el personaje principal.

“A mediados de mayo nos van a citar a Buenos Aires para el comienzo de los ensayos, que se extenderán hasta el 8 de agosto, cuando estrene en El Teatro del Globo. Hasta noviembre va a estar en cartelera. Me voy a vivir con una amiga, que estudia en el IUNA, y que cuando se enteró, me ofreció un lugar. Compartiremos gastos, viviré un poco de lo que me paguen y otro del apoyo de mi familia”, dice.

Para Valentina, dar este paso significa arreglar cuestiones como no poner en riesgo el año en la cursada del Profesorado de Danzas Clásicas en la Escuela de Danzas; alejarse por un tiempo de sus maestros particulares y sus alumnas, y empezar de cero con su vida cotidiana.

“Pero esto es muy importante para mí y todos lo saben y me apoyan, porque desde muy chiquita supe que quería estar arriba de un escenario. Cada vez que me llevaban a algún estudio, yo creía que me iba a encontrar con el teatro, los trajes y las luces esperándome para salir a cantar y bailar, hasta que el tiempo me fue enseñando que tendría que estudiar mucho y formarme para un ambiente que es altamente competitivo, y quizás, de ese modo, alcanzaría mi sueño”.

Entre certezas y tensión

“En marzo publicaron en Internet la convocatoria para audiciones abiertas para la elección del elenco. Cuando lo vi, me anoté para la pre-selección con currículum y un video de canto”, precisa sobre el proceso por el que transitó en apenas tres semanas, entre marzo pasado y este mes.

“Me enviaron un mail para presentarme en Buenos Aires, en el segundo de los tres fines de semana en los que se hicieron los castings, y como yo me había anotado como bailarina-cantante, Rodó me tomó un aria de canto, y el coreógrafo Alejandro Ivarra nos hizo poner las puntas para unos pasos de danzas clásicas. Pero además yo había preparado un monólogo y Juan lo escuchó.

“En esa oportunidad quedamos elegidas cinco bailarinas. Nos citaron para el fin de semana siguiente, junto con quienes habían quedado de la selección de la primera fecha; cada nueva prueba era eliminatoria y la tensión iba creciendo.

"Al final, nos reunieron con los elegidos de otros castings y quedamos 23, cuatro más de la cantidad que habían pensado para formar el reparto. Según dijeron, encontraron mucho talento aprovechable. `Ustedes son elenco de Phantom´, nos anunciaron, y me encontré con que estaba ahí”.