Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La economía, a mitad de camino

Si bien las PASO no tienen otro valor que ser una gran encuesta nacional, al mismo tiempo tendrán un gran valor para aquellos que precisan tomar decisiones.
La economía, a mitad de camino. Análisis económico La Nueva. Bahía Blanca

Las elecciones de medio término históricamente estuvieron influenciadas por la marcha de la economía. Raúl Alfonsín ganó en 1985 de la mano del plan Austral, que había empezado pocos meses antes y consiguió bajar la inflación en los primeros tiempos. Algo parecido le sucedió a Carlos Menem en 1991, cuando arrasó en las urnas tras el lanzamiento en abril de ese año del plan de Convertibilidad. Y Néstor Kirchner también obtuvo un resonante triunfo en 2005, apalancado en una economía que ya crecía al 7% y con inflación todavía de un dígito.

La excepción en estos años fue sin lugar a dudas la elección de medio término del 2001. En octubre de ese año la economía se encaminaba al desastre y Fernando de la Rúa sufrió una dura derrota a manos de su contricante de dos años atrás, Eduardo Duhalde. Fue el golpe de gracia para el gobierno de la Alianza.

¿Dónde está parado Mauricio Macri en relación a la economía? Claramente no será una carta de triunfo contundente en este caso. Pero al mismo tiempo los números empiezan a mostrar un sendero de reactivación. Y el Gobierno se entusiasma con la posibilidad de que en los próximos dos meses y medio esa mejora se consolide todavía más. Podría no ser un dato decisivo para conseguir el triunfo en las PASO, pero la expectativa es que resulte un factor más relevante al momento de la elección de verdad, es decir la de octubre.

Se estima que en este tercer trimestre la economía crecerá cerca de 1,5% contra los tres meses previos, lo que significa un crecimiento anualizado del 6%. Pero además hay signos de recuperación en prácticamente todos los sectores de la economía, incluyendo la industria. Esta mejora le irá quitando argumento a la campaña opositora, que decidió hacer foco en el golpe al bolsillo que sufrió la gente tras la devaluación y la elevada inflación del año pasado, además de la caída en la mayoría de los rubros de actividad. Hoy, por el contrario, la reactivación está bien extendida en casi todos los segmentos: agro, bancos, construcción e industria.

La situación social, sin embargo, sigue siendo muy grave, como lo reflejan las cifras que muestran una pobreza superior al 30%. En ese núcleo es donde se nota mayor resistencia a Cambiemos y donde al mismo tiempo se hace más fuerte la ex presidenta Cristina Kirchner.

La volatilidad cambiaria de las semanas previas a las PASO le hizo recordar a muchos que la economía todavía se mueve sobre bases endebles. El déficit fiscal obliga al Gobierno a tomar grandes cantidades de deuda tanto a nivel local como internacional. Por eso es clave que se mantenga el acceso al financiamiento en los mercados. Si el resultado de las PASO y luego de las elecciones provoca un impacto negativo entre los inversores, no sólo continuará la demanda sobre el dólar sino que también será más difícil acceder al crédito internacional.

El “factor local” es lo que hoy tiene mayor impacto en las variables financieras, pero en el mundo también se vive mayor nerviosismo. Las amenazas de un enfrentamiento entre Corea del Norte y los Estados Unidos provocó una caída en los precios de los activos mundiales y la búsqueda de refugio. Y además se espera un incremento gradual de tasas en Estados Unidos en la última parte del año que también impactará negativamente en los mercados emergentes, tras un año de excelentes resultados.

Más allá de estas especulaciones relacionadas con la economía, todo indica que esta elección tendrá un componente distinto. La presencia de Cristina Kirchner en la provincia le puso un condimento especial a la contienda y reavivó la famosa “grieta”.

El cierre de campaña de las PASO dejó bien explicitada las posiciones. Mientras la ex presidenta llamaba a poner un freno a Mauricio Macri, desde el Gobierno le pedían a los votantes no volver al pasado. Al tiempo que Sergio Massa reclamaba discutir del futuro.

Luego de las primarias habrá poco tiempo para dedicarse a los problemas reales ya que pronto llegarán los comicios de octubre. El mejor escenario para el gobierno es que se estabilice el dólar y baje el riesgo país, con lo cual no correría peligro el ajuste gradualista y se volvería a encarar con nuevos bríos la lucha contra la inflación.

Por el contrario, el proceso de reactivación correría peligro si las variables financieras no logran equilibrarse, ya que esto tendrá un efecto negativo en la confianza, al tiempo que los inversores también se tomarían más tiempo para tomar decisiones.

Si bien las PASO no tienen otro valor que ser una gran encuesta nacional, al mismo tiempo tendrán un gran valor para aquellos que precisan tomar decisiones.