Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Nuevos obstáculos para conseguir que se reanime el consumo

Nuevos obstáculos para conseguir que se reanime el consumo. Análisis económico La Nueva. Bahía Blanca

     La suba de las tasas de interés que decidió el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, sorprendió al mercado. Y también a varios miembros del Gabinete nacional. El aumento ya se daba por hecho en los últimos días ante el repunte de la inflación. Lo que pocos esperaban era que el incremento resultara tan significativo, al pasar la tasa de referencia de 24,75% a 26,25%.

     Este incremento de 150 puntos básicos responde directamente al rebrote inflacionario que se observó en los últimos dos meses, es decir febrero (2,5%) y marzo (2,4%), pero también se tuvo en cuenta que en abril los valores también se mantendrán elevados. Semejantes aumentos en el arranque del año vuelven casi imposible conseguir la meta de 17% que se fijó el propio BCRA para el 2017. Y de acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado que también efectúa la entidad, los analistas creen incluso que superará el 20%.

     Lo que encendió las luces de alerta en el Central fue el hecho de que la inflación no estuvo sólo influenciada por los aumentos de tarifas. Es más, el Gobierno decidió repartir en dos e incluso en tres veces a lo largo del año la suba de facturas para que impacten menos en los bolsillos. Lo que surge de los últimos datos, especialmente los de marzo, es que se observa un incremento persistente de la denominada inflación “núcleo”, es decir la que se concentra en aquellos bienes no regulados por el Estado. Lo más preocupante es la suba de 3% que se observó en alimentos y bebidas el mes pasado.

     Con la suba agresiva de tasas por parte del BCRA cambian algunas proyecciones para los próximos meses. En primer lugar, es posible que se acentúe la caída del dólar, lo que agravaría todavía más el atraso cambiario. Los rendimientos en moneda local atraen cada vez más fondos especulativos, que buscan importantes ganancias en moneda dura en corto plazo. Estos “capitales golondrina” provocan que se planche todavía más el tipo de cambio, pero no generan beneficios económicos palpables. No es casualidad que la cotización haya caída por debajo de $ 15,50 –el nivel más bajo en lo que va de 2017- en la última jornada hábil de esta semana corta.

     Pero también se produce un efecto negativo sobre la actividad económica. Justamente el aumento de tasas busca absorber más dinero del mercado, es decir que circulen menos pesos. Y esto tendrá un impacto directo en el “corazón” del mercado interno, afectando la recuperación del consumo. La demanda interna es, finalmente, el principal factor que explica por qué la economía argentina puede caer como sucedió el año pasado pero también es lo que impulsa más vigorosamente la reactivación.

     El equipo económico venía prometiendo que las mejoras salariales y la baja de la inflación deberían generar un efecto positivo a partir del segundo trimestre. Pero ahora esa mejora que debería sentirse en el bolsillo está un poco más en duda porque la inflación no está bajando de acuerdo a lo esperado, pero también porque no habrá tanto dinero en el mercado como para alentar esa mejora de las ventas.

      La consecuencia obvia es que los principales analistas están revisando a la baja los pronósticos de repunte para este año. El 3,5% que el Gobierno estimó en el Presupuesto 2017 está más lejos de cumplirse y ahora ya se considera un éxito alcanzar el 3%, aunque el promedio de las opiniones de los economistas ya comienza a rebajarse a niveles más cercanos al 2,5%. Suficiente para recuperar lo perdido el año pasado, pero demasiado poco para generar una sensación de mejoría entre la gente.