Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Apuran la salida del default

A menos de 60 días de haber llegado al poder, el gobierno de Macri actuó decididamente no sólo para salir del cepo cambiario, sino también para cerrar un acuerdo con los holdouts. En realidad, levantar las restricciones cambiarias y salir del actual default técnico (generado por los fallos del juez Thomas Griesa y no por falta de capacidad de pago) van de la mano. Dejar de lado el cepo representa en realidad la oportunidad de empezar a recibir dólares sin trabas. Pero para eso es imprescindible destrabar el potencial ingreso de divisas a través del circuito financiero.

La oferta que presentó el viernes el secretario de Finanzas, Luis Caputo, ya fue aceptada por algunos holdouts, pero otros buscarían cobrar el 100% de la sentencia. En esa situación se encuentra el fondo NML Securities, de Paul Singer, el más agresivo de los acreedores.

Los u$S 6.500 millones que se pagarían en efectivo representan una porción importante de las reservas. Y el esfuerzo desde ese punto de vista resultaría muy significativo. Pero, al mismo tiempo, la cifra es muy inferior a los más de u$s 15.000 millones que mencionó Cristina Kirchner, inmediatamente después del fallo de Griesa que le impidió al Gobierno seguir pagando la deuda emitida bajo legislación neoyorkina.

También cambió la lógica que se venía manejando en relación a un posible acuerdo. En vez de colocarle a los acreedores un bono a largo plazo con altas tasas de interés, se optó por realizar un pago en efectivo, lo que permite un mayor margen de negociación. El antecedente es el pago a Repsol por la expropiación de YPF, que no terminó siendo un buen negocio. A los españoles le entregaron bonos al 2024 con una tasa superior al 10% anual en dólares.

A los u$s 6.500 millones para arreglar con los holdouts hay que sumar otros u$s 3.000 millones de intereses de deuda que no se pudieron pagar desde julio de 2014 por las medidas dispuestas por Griesa. Es decir que la salida definitiva del default terminará costando u$s 10.000 millones “cash”.

Caputo ya le solicitó a Griesa que reponga el “stay”, es decir la medida cautelar para que la Argentina pueda volver a pagar la deuda actualmente en default y al mismo tiempo volver a financiarse con la emisión de títulos. Esas colocaciones serían utilizadas justamente para obtener los recursos para pagarles a los bonistas.

Abandonar en forma definitiva el default y recuperar el acceso al financiamiento externo gatillaría además una reducción adicional de las tasas de interés. De niveles de 9 ó 10% anual, la Argentina pasaría a financiarse a un rango de entre 6 y 7% anual. Bajar un escalón adicional llevará más tiempo, buena “conducta” por un buen tiempo y conseguir mejoras adicionales en la calificación de riesgo.