Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Un país sin reservas

Miguel Bein, el asesor económico de cabecera de Daniel Scioli, pintó a través del humor, pero con crudeza, cuál es la real situación del país en relación a su situación cambiaria: “En este almuerzo tienen más reservas que el Banco Central”, dijo en una comida que aglutinó a más de 500 empresarios en el Alvear.

La frase generó dos lecturas: 1) Al BCRA le quedan pocos dólares, y 2) El problema no sería tan grave teniendo en cuenta que los propios argentinos tienen millonarios ahorros en moneda extranjera. Se estima que los dólares no declarados superan los 220.000 millones. Se trata de recursos que, en buena medida, se encuentran en cuentas o activos fuera de la Argentina, pero una parte permanece en el país.

Tras el pago del Boden 2015, que insumió más de u$s 4.700 millones de reservas, y la desesperación del Gobierno por ampliar el programa de swap con China, quedó en evidencia que el Central ya casi no tiene reservas propias. En otras palabras, si no se produce un giro drástico a partir de diciembre, el año próximo el Gobierno no tendrá más dólares para seguir pagando la deuda.

El drenaje plantea un escenario extremadamente desafiante. Casi sin dólares en las arcas, la incógnita es de dónde saldrán las divisas para sobrellevar los primeros meses de la futura gestión.

A esta altura queda claro que el solo cambio de Gobierno no provocará una ola de inversiones. Y al mismo tiempo resultará casi imposible que entren dólares con un cepo que establece un tipo de cambio oficial que no tiene nada que ver con el dólar que se opera libremente a través del mercado bursátil.

Arreglar con los holdouts y establecer bases claras para unificar el cepo cambiario parecen temas imprescindibles para salir en búsqueda de divisas. Después habrá que ver cuáles son las fuentes a las que se puede acudir.

El financiamiento de organismos multilaterales está disponible, pero son dólares que llegan en cuotas para financiar obras. La colocación de deuda es otra opción, pero primero requiere el visto bueno del juez Griesa. Por supuesto que la mejor opción es el ingreso de inversiones directas, pero no sucederá de la noche a la mañana.

En las últimas semanas asomó la opción del blanqueo para atraer una parte de los dólares que los argentinos mantienen fuera del sistema. Ya se intentó en otras oportunidades con bajo nivel de éxito, por lo que hay que considerar esta alternativa al menos con reparos.

Mientras tanto, con elecciones cercanas y sin correcciones por parte del Gobierno, el escenario solo puede empeorar hasta el cambio de administración, en apenas dos meses.