Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La economía no tocó su piso

Ni siquiera los dibujos del INDEC pueden ya disimular la debilidad de la economía. El organismo divulgó que en enero el crecimiento fue del 0%, tras haber calculado una expansión de la actividad de apenas el 0,5% en 2014, bastante lejos de la caída del 2% que en promedio estiman las consultoras privadas.

Los datos del primer trimestre muestran prácticamente una continuidad de 2014: fuerte caída de la actividad industrial, el consumo no reacciona, el sector automotor continúa barranca abajo y la actividad inmobiliaria tampoco muestra signos de repunte. Lo más grave es que la comparación se realiza contra el arranque del año pasado, que ya de por sí había sido bastante flojo.

El arranque del año llegó con algunos agravantes, que están impactando negativamente en la economía:

? La falta de acuerdo con los holdouts provocó nuevos fallos en contra del juez Griesa. Como consecuencia, el Gobierno no puede acceder al financiamiento de los mercados internacionales.

? Las cifras que indirectamente se van conociendo del gasto público, ante la falta de números oficiales, deja en claro que la presidenta no tiene intención alguna de sacar el pie del acelerador y mucho menos en un año electoral. El aumento del déficit fiscal lejos de ser reactivante genera más incertidumbres por la manera en que será financiado.

? La escasez de dólares sigue siendo uno de los principales escollos, ya que las empresas tienen dificultades para importar insumos y llevar adelante la producción.

? El contexto internacional tampoco es favorable. Los precios de la soja cayeron 20% en relación al año pasado y generarán menos divisas para compensar la falta de ingreso por el canal financiero. Pero además la perspectiva de suba de tasas en Estados Unidos fortaleció al dólar contra todas las monedas, lo que agrava el atraso cambiario. Las economías regionales ya se quedaron sin posibilidad de competir y la exportación de alimentos viene cayendo de manera preocupante.

El Gobierno intenta revertir el panorama de manera demasiado tímida: con más gasto y algunas medidas poco relevantes para elevar el consumo, como ofrecer descuentos con la tarjeta SUBE o tasas subsidiadas para cambiar el taxi.

La brecha entre la euforia que se vive en el mercado bursátil y la actividad real es cada vez más significativa. Mientras que los inversores piensan en lo que vendrá después de diciembre y la expectativa es muy alta, en el día a día no aparecen elementos que permitan avizorar una mejora. Si 2015 termina estancado será casi un triunfo. Pero para eso es necesario primero que la economía deje de caer.