Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Todavía muy lejos de los buitres

Por Pablo Wende

La novela que protagonizan el gobierno argentino y los fondos buitre no terminó el 30 de julio, cuando el país entró en default selectivo. Al contrario, aún se encuentra a mitad de camino y promete muchos más capítulos. En enero de 2015 continuará la historia, ya sin la espada de Damocles de la cláusula RUFO, pero con mucha incertidumbre respecto a qué lo que puede ocurrir de ahí en más.

Más allá de las desmentidas, tanto Axel Kicillof como Alejandro Vanoli se preocuparon por explicar, durante la reunión del FMI, que la vocación de la Argentina es ir por un arreglo. Pero no alcanza con esas expresiones. En primer lugar porque no hay precisiones sobre lo que estaría dispuesto a aceptar el gobierno.

En realidad, se sigue haciendo mención a dos condiciones: arreglar con el 100% de los bonistas y ofrecer las mismas condiciones del canje de 2005 y 2010. La primera afirmación está dentro del margen esperable, ya que es preferible arreglar con la totalidad de los “holdouts” en vez de hacerlo sólo con aquellos que ganaron el juicio. El problema está en el segundo punto, es decir cuánto se ofrecerá a quienes no aceptaron entrar en los canjes.

En las negociaciones que llevaron adelante las semanas posteriores al default un grupo de bancos extranjeros, los fondos buitre aclararon que sólo estaban dispuestos a negociar en caso de que se le reconociera el 80% de la cifra del juicio, que asciende a u$s 1.650 millones. En caso de extrapolarse esta alternativa a la totalidad de los bonistas, el monto a cancelar ascendería a unos u$s 15.000 millones.

Quienes buscan acercar posiciones explican que se trataría de un acuerdo “win-win”. Los “holdouts” cobrarían aunque sean bonos de largo plazo, mientras que el gobierno conseguiría recuperar acceso a los mercados de crédito.

Pero no todo resulta tan lineal: ¿para qué querría el gobierno acceder a divisas faltando tres o cuatro meses para el fin del mandato? Se trataría, en todo caso, de un beneficio que disfrutaría la próxima administración y sin enfrentar costo político alguno.

Existe en esta historia algunas incógnitas aún por despejar: cuál será el deterioro adicional que tendrá la actividad económica por la falta de dólares, a cuánto ascenderá la caída de reservas hasta fin de año y hasta qué punto el gobierno puede seguir dominando la tensión cambiaria a la fuerza.

Si el derrumbe se llegara a acelerar, todas las especulaciones relacionadas a acordar o no con los fondos buitre tendrían un nuevo condicionamiento de peso.