Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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"No hay que dedicar la vida a la espera de un hijo"

Dos psicólogas analizan el proceso de adopción y los problemas más frecuentes.
Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Sol Azcárate / sazcarate@lanueva.com

      Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

   Rocío Gómez y Verónica Álvarez son psicólogas y atienden muchos casos de adopción en Bahía: personas o parejas que están en lista de espera, otras que comenzaron el proceso de vinculación con un chico y padres que ya adoptaron.

  Dicen que es importante “no dedicar la vida a la espera de un hijo” para que no se convierta en una obsesión y así, dejar espacio para que otras cosas enriquezcan la vida.

   —[Quienes desean ser padres o madres] deberían buscar un espacio para pensar y trabajar sus miedos, ansiedades, fantasías, para imaginar su encuentro con ese niño. Y no dedicar su vida exclusivamente a esa espera, sino llenarse de otras cuestiones que les hagan bien —dice Rocío.

   Las psicólogas cuentan que hay muchos aspectos para trabajar en terapia. 

Mirá el informe completo de La Nueva.

El ideal

   —Rocío: Un niño de 6 para arriba habla, hace berrinches, hace ruido, tiene sintomatología y eso genera temores. [Los adoptantes] imaginan que con un bebé va a ser más fácil y, en realidad, la crisis la va a hacer en algún momento. El abandono lo sufrieron, cosas para resolver van a tener los chicos de cualquier edad. Se escucha mucho que lo van a poder criar “a mi manera”. Ese bebé tiene el abandono o ese no haber crecido con su familia biológica, o sea que ese primer trauma ya está. Trauma que no significa irreparable ni no superable ni no elaborable. Cuando ese bebé crezca va a tener que enfrentar el hecho de que no ha podido estar con su familia biológica y se crió en otra familia. Si tiene el espacio lo va a poder elaborar y si no hará síntoma en algún momento de su vida, eso es inevitable.

   —Verónica: Está el mandato social que dice que el ideal de familia es de 4, papá, mamá, el nene y la nena. Una pareja ya es una familia. El tema es ver en qué lugar del deseo de esa familia va a entrar ese chico, eso es lo que hay que trabajar.

   —Rocío: Que los padres lo sientan como hijo y ese chico los sienta como padres es un proceso. Muchos tienen la fantasía de que en el primer encuentro lo van a amar, el chico los va a abrazar, les va a decir “papá” y “mamá”, y no ocurre eso. Es una construcción el vínculo, requiere de tiempo y de mucha paciencia. Lo más probable es que ese chico al principio los rechace, o manifieste que quiere volver al hogar porque tiene miedo, porque no los conoce o no acepta los límites.

Rocío Gómez

Ansiedad

   —Verónica: La euforia de que te llamen del juzgado después de tanto tiempo de espera, de que te presenten esa carpeta que es un niño y puede llegar a ser tu hijo, de decir todo que sí porque querés que se dé, y no tener las cosas un poco pensadas, masticadas y elaboradas puede traer después una devolución que genera otra vulneración.

   —Rocío: Me parece que la búsqueda de un hijo biológico o adoptivo no tiene que ser lo único, tiene que haber otros proyectos: trabajo, hobbie. Nutrirse de esas cosas mientras ese hijo llega, que no sea la obsesión o lo único que los motiva la llegada de ese hijo.

Miedos

   —Rocío: Lo que yo escucho de las parejas es miedo a no saber si ese chico los va a aceptar, si los va a querer, si va a querer volver con su familia biológica. Y los nenes también se preguntan si los van a querer, si los van a poder aceptar.

   —Verónica: También está el miedo a que aparezca la familia biológica en su casa.

Verónica Álvarez 

Vínculos

   —Verónica: Se prioriza el vínculo [del chico adoptado] con los hermanos y se trata de trabajar desde el vamos. Por lo general eso no genera tanto conflicto, porque seguramente están con otras familias adoptivas y hay una paridad.

   —Rocío: El tema es cuando esos hermanos se quedaron con la familia biológica. No generalizamos, hablamos de las parejas que no han trabajado mucho estas cuestiones, en ellas está la fantasía de que ese hijo sea propio y ser propio implica no respetar la historia, como que lo biológico desaparece, y la verdad es que no: ese hijo va a ser tu hijo con toda esa historia y con esos vínculos, y si alguno es sano hay que pensar que pueda mantener ese vínculo, porque si no son nuevas pérdidas para ese chico.

   Para los adoptantes es difícil poder manejarlo, les da mucho temor, y no hay una estructura para poder contenerlos en este proceso. Desde el juzgado no hay recursos para poder acompañarlos.

Vinculación fallida (cuando la adopción no prospera)

   —Verónica: Para el niño es otro abandono y hay que trabajar el tema de la culpa.

   —Rocío: También su baja autoestima, su sensación a ser rechazado, no querido… Por ahí en el primer tiempo [de vinculación] el chico va a manifestar como si no quisiera estar ahí, desde la pelea, desde la no aceptación de límites… Eso es como una defensa frente a lo desconocido, frente al mismo miedo de volver a ser rechazado sin darse cuenta de que genera lo mismo.

   Y a la pareja que tuvo una vinculación fallida los juzgados la mandan a hacer terapia. Sí o sí tienen que presentar certificados y nosotras, las psicólogas, informes de su evolución hasta que resuelvan lo que hizo que no pueda sostener ese vínculo y evitar que se vuelva a repetir.

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