Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Abel Otamendi: 32 años al servicio de la seguridad

Era apenas un adolescente, cuando Abel Humberto Otamendi (49) decidió que su destino era formar parte de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Anhelaba "conocer una experiencia nueva" y, a partir de aquel momento, dedicó la mayor parte de su vida al servicio de la comunidad. "Sentía ser policía", confesó Otamendi quien, luego de más de 32 años de servicio, pasó recientemente a retiro por una disposición del ministerio de Seguridad bonaerense.

 Era apenas un adolescente, cuando Abel Humberto Otamendi (49) decidió que su destino era formar parte de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Anhelaba "conocer una experiencia nueva" y, a partir de aquel momento, dedicó la mayor parte de su vida al servicio de la comunidad.


 "Sentía ser policía", confesó Otamendi quien, luego de más de 32 años de servicio, pasó recientemente a retiro por una disposición del ministerio de Seguridad bonaerense.


 Ingresó en la fuerza a fines de febrero de 1977 y luego de egresar de la escuela pasó a formar parte del Cuerpo de Bomberos de la institución, actividad que abrazó durante casi dos décadas.


 En una entrevista con "La Nueva Provincia", el ahora comisario retirado, a quien sus superiores, colegas y subordinados brindaron una emotiva despedida, que inclusive hicieron pública por los medios de comunicación, accedió a contar parte de su historia.


 "Mi carrera comenzó en La Plata y desde allí recorrí gran parte de la provincia, cumpliendo labores en Mar del Plata, Necochea, Miramar, Tandil, Azul, Lobería, Chacabuco y Bahía Blanca", donde finalmente se radicó, dijo Otamendi, quien es oriundo de la localidad de San Justo, partido de La Matanza.


 Llegó a nuestra ciudad en 1987, instalándose con su señora y su primogénito --los otros dos hijos menores son bahienses--, y desempeñándose en el Cuartel Central de Bomberos, hasta el año 1996, cuando pasó a revistar en el ex Comando de Patrullas local.


 "Ahí comencé a desempeñarme como policía. Mis estudios me habían capacitado para cumplir las dos funciones, y como había realizado algunos trabajos en Camineros de Boulogne y San Martín, en el Gran Buenos Aires, tenía cierta experiencia", sostuvo.


 Casado con Lidia (mendocina) y padre de Raúl (teniente de la policía bonaerense), Cristabel (15) y Michel (14), Abel Otamendi recordó que tras dejar Bomberos tuvo, entre otros destinos, la ciudad de Tres Arroyos y todas las comisarías de Bahía Blanca.


 En dos de ellas, las seccionales Tercera, de Ingeniero White y Quinta, del barrio Noroeste, se desempeñó como titular.

Bajar el delito.




 Su última función fue como subjefe de la Policía Distrital, en el área Operativa.


 "El tema específico que me había dado Abel (Maggi, comisario mayor, jefe departamental de la policía) era el control permanente en la zona céntrica, con los oficiales nuevos que habían ingresado en la fuerza. El objetivo era bajar el delito en el microcentro de la ciudad", explicó.


 Fue por ello que tuvo una importante injerencia en la organización del cuerpo de rondines que a diario recorren el centro y macrocentro, y aún lugares más alejados de Bahía Blanca, conformando una eficaz malla de contención del delito.


 "Los delitos bajaron muchísimo y la gente colaboró con esto. Los comerciantes conocían al personal policial del sector y había una relación, un acercamiento de ambas partes", dijo Otamendi, a quien se veía a diario recorrer a pie o en móviles las calles bahienses.


 Y es que, en opinión del comisario retirado, los jefes tienen "que estar en la calle, tienen que ser más operativos que administrativos".


 Concretamente, refiriéndose al titular de una seccional, Abel Otamendi opinó: "Si bien no tiene que dejar los controles internos de una dependencia, su deber es conocer la jurisdicción y ver la problemática de cada barrio y de los foros de Seguridad".


 Además, y a modo de reflexión, opinó sobre el apoyo del superior al personal subordinado y viceversa: "es importante, sino la comisaría no anda", dijo, y agregó: "Los buenos policías deben ser recompensados de alguna manera, deben sentir que son reconocidos".

Especializaciones.




 Más adelante retomó su actuación en el cuerpo de bomberos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y recordó su participación en diversos cursos de especialización, tales como rescate de montaña, supervivencia y primeros auxilios.


 También rememoró una de las mayores gratificaciones de su carrera cuando, mientras revistaba en Mar del Plata, colaboró en el salvataje de una chica que había caído al mar, en 1980, lo que le valió una condecoración.


 Otro de sus recuerdos más gratos consistió en la creación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la localidad de María Ignacia (estación Vela), a 35 kilómetros de Tandil.


 También aludió a las charlas en escuelas que dio para niños de entre 9 y 11 años, autorizado por el ministerio de Educación bonaerense.


 "Los entusiasmaba ver al bombero uniformado y con el equipo de comunicación. Esto nos acercaba a ellos y a conocer los problemas que tenían en sus casas. Fue una satisfacción muy grande", sostuvo.


 Agregó que también participó en la creación de grupos de rescate que actuaron en Bahía Blanca y la región.


 "El personal que yo tenía entrenaba seis horas al día, de lunes a sábados, aparte de la guardia normal. Formé en Bahía Blanca el GEO, el Grupo Especial de Operaciones (lo que actualmente es el Grupo de Apoyo Departamental, GAD)", explicó.


 

"Tuve muchas satisfacciones"








 En el aspecto personal, el comisario retirado Abel Otamendi agradeció el apoyo incondicional de su familia y destacó que el cambio de bombero a policía le significó "aprender de abajo, ya que mi especialidad no era esta última".


 "Me encariñé, aprendí a tratar con la gente de otra manera. Errores cometí, recibí cachetazos, pero también tuve muchos aciertos. En mi carrera en Bahía Blanca, de casi 22 años, tuve muchas satisfacciones", señaló.


 Y agregó: "Me dieron satisfacciones no sólo mis superiores sino también la gente. Eso es lo que me llevo: el agradecimiento, las recomendaciones, el acercamiento que, por ahí, en otros momentos no se daba".


 Precisamente, el lunes pasado, en la sección Cartas y Sugerencias de "La Nueva Provincia", se publicó una nota suscripta por el jefe departamental, comisario mayor Héctor Abel Maggi y otros altos funcionarios policiales de la ciudad, en la que se resaltó la trayectoria del comisario Otamendi.


 El policía retirado también fue objeto de elogios por parte de subordinados y, entre éstos, especialmente de quienes forman parte de los rondines en cuya organización intervino.


El tenis, su otra pasión





 




 Abel Otamendi supo distribuir su tiempo y poder dedicarse a su otra pasión, que es el deporte y, particularmente, el tenis.


 "Inicialmente jugué mucho al paddle; me conocían con el apodo de 'El Bombero', por mi función y la vestimenta que utilizaba", dijo.


 Si bien a los 18 años, en La Plata, tuvo un accidente que lo imposibilitó físicamente --recibió un tiro en el pecho por parte de un compañero-- logró recuperarse y dedicarse a las prácticas físicas.


 "Después que 'Michelito' empezó a jugar al tenis --está en la categoría sub 14--, me gustó, porque es algo individual y me enganché. Soy bastante bromista y estoy jugando en tercera categoría, me ha ido bien y he ganado varios trofeos", manifestó.


 Admitió que su satisfacción "más grande fue cuando me tocó jugar con mi hijo, porque nos peleábamos constantemente; era una trampita mía para sacarlo del partido y poderle ganar, cosa que hacía con todos mis contrincantes; mañas de viejo".


 Consultado sobre su futuro, contó que tiene varios proyectos relacionados con su profesión. "La cuestión es seguir trabajando", enfatizó.

Marcela Cisternas