Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Nada de culto a la nostalgia

Referente musical de la liberación de los pueblos, admirada por muchos, Joan Báez vuelve a desplegar sus cargadas melodías de paz. Agencia Télam

Joan Báez, un ícono de la poesía de protesta hecha canción, regresa al país para hacer dos recitales, hoy y mañana en el porteño teatro Gran Rex.

"Mi presencia guarda recuerdos, pero decidí no transformarme en un objeto de culto para la nostalgia", indica la notable artista al hablar de sí misma.

"Estoy entusiasmada con esta gira. Volver a la Argentina, un país donde tengo muchos seres queridos, el país de mi gran amiga Mercedes (Sosa)", señala.

Ambos shows en el país integran la gira por Latinoamérica que la llevará a visitar Chile, Brasil y Uruguay y que se llama "Gracias a la vida", un título que eligió, aclara, "por tantas razones ligadas a la historia, a la década del 70 y en homenaje a Violeta Parra (autora de la canción homónima que da nombre al tour)".

La dama, de 73 años, tiene en su haber más de 30 discos, un best seller discográfico bautizado Gracias... con varias canciones --ya devenidas himnos-- como La llorona o Te recuerdo Amanda que estarán presentes en los shows de esta noche y mañana.

"Pero no voy a instalarme en la nostalgia. Andaré por búsquedas nuevas y hasta puede haber algún invitado sorpresa", anuncia.

Sin filtros y en paz

Báez llama ella misma, sin representantes ni secretarios que medien y, durante la charla, se esfuerza por escapar del lugar de póster, de emblema del arte comprometido y pregunta cómo vivimos aquí, qué música se escucha y cómo se caminan las calles urbanas.

Consultada sobre su decisión por un repertorio obsesionado por la paz, destaca que ése fue "el tema que me trajo complicaciones en la Argentina".

"Fui abucheada por hablar de la no violencia sobre el escenario la primera vez que vine en 1974, pero Mercedes se subió y logró la comunión y terminamos cantando todos juntos", relató.

Según la cantante, "no percibo a Latinoamérica más violenta que en otros momentos, aunque no soy una experta en el tema".

"Me pone contenta el triunfo de Bachelet (Michelle) en Chile. Quiero llegar y mirar lo que sucede bien de cerca, ver qué me pasa con eso", acota.

El rol de la mujer como cronista y hacedora de su época siempre fue parte de su vida y subraya que "hay dos mujeres presidentas en América Latina: son fuertes, con carácter y la gente parece aceptarlas. Eso ya quiere decir algo".

La pasión por el compromiso signa sus trabajos y alguna vez se autodefinió como alguien que "vivía en el foco de la tormenta", una fuerza que la llevó a "componer mis propios temas, aun sabiendo que nunca tendrían la belleza de las canciones de otros.

"Lo hice hasta que volví a retomar la poética ajena", ríe a carcajadas.

Consultada por la vigencia del cancionero de protesta, su voz crece al asegurar que "rebosa de buena salud", y agrega: "Hay muchas motivaciones dando vueltas para que los temas nazcan y crezcan".

Su voz poderosa --y frágil a la vez-- podrá disfrutarse durante estos dos conciertos, donde estará acompañada por Dirk Powell en banjo, mandolina, guitarra, acordeón y teclados, y Gabriel Harris en percusión.

De la mano del genio.

Para los devotos, promete recorrer algunos clásicos de Bob Dylan --con quien vivió un romance-- como Farewell Angelina o With God on our side y al respecto señala que "la gente ama aquella historia de amor".

Joan Chandos Báez nació el 9 de enero de 1941 en Staten Island, Nueva York.

Según Bob Dylan, Joan Báez tenía una de las voces más distinguidas en la música. Una voz soprano al servicio del folk-rock y de la onda dyleana de inicio de los 60 en el Greenwich Village neoyorkino.

A fines de los años 60, escribía sus propias composiciones. Entre 1963 y 1965 vivió con Dylan y se los consideró el Rey y la Reina de la canción de protesta.

"No lo veo mucho a Bob, pero sólo porque a él lo social no lo tienta" y se despide no sin antes volver a reír.